Los tres últimos deseos de Alejandro Magno
Alejandro III de Macedonia (356-323 a.C.) fue el primer conquistador en extender la cultura helena por Oriente forjando un gran imperio, el cual se dividió tras su muerte en los denominados reinos helenísticos (Siria, Egipto y Macedonia).
Venció en grandes batallas como las de Issos y Gaugamela, asegurando haberse "vengado" de los persas, y llegó a extender sus dominios hasta la India (donde venció a Poros en la gran batalla del Hidaspes, aunque también una flecha le hirió en el pulmón estando así entre la vida y la muerte durante tres meses ). Protagonizó grandes episodios de la historia (como cuando cortó el nudo gordiano para proclamarse futuro gobernador de Asia, o cuando se declaró hijo del dios Amón en el oráculo egipcio de Siwa ).
Prácticamente obligado por su ejército Alejandro planeó el regreso a Macedonia y posteriormente llevar a cabo nuevas conquistas ( como la de Arabia).
El conquistador no regresó a su patria ya que murió de fiebre en Babilonia en junio del 323 a.C.
Los síntomas de la enfermedad se iniciaron cuando , en una fiesta, bebió de un trago el vino de la copa de Heracles y notó un tremendo dolor en el costado. La enfermedad le afectó durante diez días hasta que falleció.
Viendo que su hora llegaba solicitó :
-Que sus mejores médicos transportasen su ataúd, ya que la medicina era capaz de hacer frente a las enfermedades, pero nunca podía plantar cara a la muerte, puesto que su capacidad presentaba esos límites.
-Que todos sus tesoros fuesen esparcidos, en señal de la permanencia de los bienes materiales adquiridos en las conquistas.
-Que sus manos quedasen fuera del ataúd a la vista de todos, ya que venimos al mundo y partimos de él con las manos vacías porque el tiempo durante el cual vivimos es nuestro tesoro más valioso , que se desvanece al morir.
-Que sus mejores médicos transportasen su ataúd, ya que la medicina era capaz de hacer frente a las enfermedades, pero nunca podía plantar cara a la muerte, puesto que su capacidad presentaba esos límites.
-Que todos sus tesoros fuesen esparcidos, en señal de la permanencia de los bienes materiales adquiridos en las conquistas.
-Que sus manos quedasen fuera del ataúd a la vista de todos, ya que venimos al mundo y partimos de él con las manos vacías porque el tiempo durante el cual vivimos es nuestro tesoro más valioso , que se desvanece al morir.
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